Amaneció un día soleado, ideal para dar un largo paseo cerca del mar, pero lo que empezó por el paseo marítimo lleno de gente y con los ruidos de la ciudad alrededor, acabó en la orilla, dejando mi huella al borde del mar y escuchando unicamente el sonido suave de las olas rompiendo, formando ondas llenas de espuma que parecían acariciar la arena y dejando de cuando en cuando al descubierto, conchas, piedras y cristales de colores (verde, naranja y transparente)de viejas botellas erosionadas y que me gusta coleccionar.
Asi pues, el sonido del mar acarició mi oido, la brisa y el sol mi cara y ver un paisaje tran precioso me hizo sentir una sensacion de bienestar increible, tan increible...que mañana ya estoy pensando en repetir...
Yo misma
Estas olas, no son a la misma hora, ni son las mismas, pero su sonido y su pausado y suave romper se parece mucho a las que disfruté yo hoy. Espero que os gusten...por si no teneís el mar cerca...
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