"¿Cómo puede ser que nunca te hayas casado, Nasrudim?", le preguntó su amigo.
"Bueno, tengo que decirte la verdad, pasé mi juventud buscando a la mujer perfecta.
En El Cairo encontré a una mujer bella e inteligente, con ojos como aceitunas, pero era muy cruel.
A continuación, en Bagdad, conocí una mujer que tenía un alma maravillosa y generosa, pero no teníamos ningún interés en común. Una mujer tras otra me parecía al principio ser la elección perfecta, pero pasado un tiempo descubría que faltaba algo.
Hasta que de pronto, un día, allí estaba ella. Era bella, inteligente, generosa y amable. Lo teníamos todo en común".
"Bueno... ¿qué pasó?, ¿por qué no te casaste con ella?"
"Es algo muy triste...", contestó Nasrudim, mirando pensativo a su taza de té.
"Parece ser que ella buscaba al hombre perfecto".
Anónimo
Esta pequeña historia es de las que yo suelo llamar "reales como la vida misma" y explica en parte lo difícil que es encontrar una pareja para muchos, entre los que pondría en primer lugar a un buen amigo mio.
Y ¿por qué sucede esto? Yo creo que es debido a numerosas razones. En ocasiones es porque se tiene una idea preconcebida de como debe ser o dejar de ser esa pareja (y no me refiero solo a lo físico), otras veces es porque más que fijarnos en las "virtudes" nos fijamos en los defectos y por muy nimios que sean, "ocultan" las virtudes, otras es por inseguridad o "miedo" a equivocarnos o comprometernos, otras es porque estamos ya "curtiditos" y mucho tiene que merecer la pena para dejar nuestro..."mejor solos que mal acompañados" y otras es por la razón que cuenta la historia, que no coincidimos en la elección, elegimos pero no nos eligen.
A pesar de todo esto, casi todos los "rotos" encuentran su "descosido", aunque cada vez más y a pesar de intentar poner muchos "remiendos", la gente no aguanta a su pareja y a veces sin esforzarse mucho por arreglar las cosas, se separan.
Nadie es perfecto para nadie ni para si mismo, por lo menos yo no lo soy, yo creo que cada uno es como es y cuando quiere a alguien, lo tiene que hacer con sus defectos y sus virtudes, sin intentar cambiarlo y esperar que tu pareja te quiera igual a ti, tal y como eres y luego ya el tiempo, las circunstancias y las vueltas que da la vida dirán que sera...sera...
Yo misma imperfectamente agobiada por el piano, feliz e ilusionada con el ¿que sera...?
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