"En algún momento debía estallar la burbuja, apuntada ya una y mil veces por las ONG y silenciada debido a los beneficios multimillonarios que proporciona a compañías que tenemos aquí mismo, a la puerta de casa. “Lo barato sale caro”, nos decían nuestras madres y abuelas, pero pocos esperábamos que la rebaja que nosotros disfrutamos supusiera la vida a casi un millar de personas, la mayoría mujeres. Hoy, muchas compradoras de moda barata nos planteamos si esos euros de menos o esas prendas de ropa de más (¿de verdad necesitamos tantas?) han merecido la pena. ¿Tienen que sufrir otros para que nosotras nos vistamos?, se atreven a decir muchos por primera vez en voz alta.
El 24 de abril, el edificio de ocho pisos Rana Plaza, a las afueras de Dacca, capital de Bangladesh, se derrumbó. En su interior trabajaban más de 3.000 personas, en cinco empresas textiles diferentes. Y es que Bangladesh tiene los salarios más bajos del mundo: unos 32 € mensuales por 15 horas de trabajo diarias. Los niños cubren alrededor de seis horas por unos 12 €, con lo que salen “más a cuenta”. El coste de los recursos humanos es tan ridículo que hasta China fabrica en Bangladesh. Eso ha convertido a este pequeño país empotrado en el este de India en lo que la prensa económica llama “una auténtica potencia textil”. En realidad recuerda, más bien, al régimen esclavista del algodón en los Estados Unidos de los siglos XVI al XVIII. Un 10% de los miembros de su Parlamento posee fábricas textiles, con lo que es difícil que se legisle contra un negocio que enriquece a los mismos políticos...
....Para las marcas occidentales, las condiciones laborales de Bangladesh son música celestial. Pero, para los trabajadores, las notas no son tan armoniosas. Un dato esclarecedor del sindicato Industriall, que representa a 50 millones de trabajadores en todo el mundo: de los 20 € a los que se vende una camiseta fabricada en Bangladesh, solo 1,5 céntimos corresponden a los costes laborales.
....Con la deslocalización, además, se acabó el control de las autoridades nacionales sobre la cadena de producción y comenzó nuestro desinterés. Seguirle la pista a una pieza de ropa se convirtió en una heroicidad. Atención a la ruta que suele seguir un pantalón vaquero con etiqueta europea: el algodón, de la India, se hila en Turquía y se teje en Singapur; la tela se estampa en Francia con tintes fabricados en Polonia y Chile; se cose en Guatemala para una empresa de Corea del Sur, que produce para una transnacional de vaqueros inglesa; y de Gran Bretaña llegan a España con un precio mínimo: menos de 20 €. Los vaqueros fabricados de manera justa cuestan alrededor de 90 €...
.....En el Reino Unido, por ejemplo, más de una cuarta parte de la ropa se compra ya en supermercados o hipermercados (según datos del informe de Setem “Pasar por caja”), principales clientes de la producción “low cost”. Uno de cada dos consumidores alemanes llena su armario en cadenas de supermercados descuento. Y los grandes hipermercados mundiales se han convertido en algunos de los comercializadores de ropa más importante. Para hacernos una idea de la política de costes-precios-beneficios de estos gigantes de la distribución: en 1999, unos pantalones vaqueros se podían comprar en una gran cadena a 23 €. Tres años después, una prenda idéntica se vendían a solo 9 €. Hoy se pueden adquirir por 4 €. El secreto está en manufacturar ropa donde el coste sea menor: Bangladesh, China, Grecia, Hong Kong, India, Islas Mauricio, Paquistán, Rumanía, Serbia, Montenegro o Turquía...
....A la vista de estos datos, no nos queda más que entonar un “mea culpa” general. Ante una situación que las ONG sabían insostenible, todo el mundo ha cerrado los ojos: empresas, observadores e inspectores occidentales, policías, jueces y políticos de Bangladesh y, sobre todo, consumidores. Con tantos muertos ya sobre la mesa, cabe preguntarse si sabremos responder a emergencias del calibre de la de Dacca o si seguiremos tan ciegos como la justicia misma. De momento, hay un dato esperanzador: tras la tragedia, Bangladesh ha cerrado 18 fábricas textiles para mejorar su seguridad y ha creado una comisión de investigación para inspeccionar 4.500 plantas más....
Las preguntas incómodas
Las organizaciones pro derechos humanos coinciden en que le corresponde al ciudadano superar una larga etapa en la que ha confiado ciegamente en instituciones y organizaciones y afilar su sentido crítico. Por eso es importante que, a la hora de comprar, tengamos en cuenta que el precio de las cosas no es solo el que se marca en la etiqueta. Otras variables también pasan factura y son los costes ocultos que merece la pena tener en cuenta.
1. Coste laboral. ¿Cómo son realmente las condiciones laborales en el país donde se ha producido la ropa que llevas? ¿La han confeccionado niños? ¿Se han pagado sueldos dignos? ¿Se ha confeccionado trabajando en jornadas con horarios sensatos?
2. Coste ecológico. ¿Cuál es la huella ecológica de esa prenda que queremos comprar? ¿Se ha hecho con algodón ecológico, sin tratarlo con productos cancerígenos y sin emplear mano de obra infantil en su recogida? ¿Ha sido fabricada cerca de casa o, al menos, en nuestro mismo continente, de manera que se reduzcan los contaminantes costes del transporte?
3. Precio por uso. ¿De verdad es tan barata esa camiseta de cinco euros “made in China”? ¿Son caros unos zapatos de 150 € fabricados aquí? En realidad, lo barato sale caro, y viceversa, (como decían nuestras madres) si calculas cuánto te pondrás una y otros. La primera es de usar y tirar: no merece la pena ni lavarla, dada su mala calidad. Los segundos te acompañarán un par de temporadas, al menos. Comparativamente, la camiseta no merece la pena."
E.de los Rios (Mujer hoy)
Yo hace unos días que compré ropita a mi peque me estuve fijando en donde estaban hechos y puedo decir que todas las camisetas, polos y pantalones estaban hechos la mayoria en Bangladesh y China y solo alguno estaba hecho en España.
En fin que la verdad que después de leer esto se me remueve un poco la conciencia, pero veo muy dificil que este problema que a mi modo de ver es como un "circulo vicioso" se solucione y por desgracia creo que en general seguirá funcionando el "ojos que no ven...corazón que no siente" pero en mi caso yo intentaré mirar un poquito mas las etiquetas y si no me supone muchiiisimo mas gasto intentar evitar comprar cosas hechas en estos paises, aunque creo que va a ser dificil encontrar muchas cosas no hechas alli.
Simplemente una mami feliz de ver que su peque ya no tiene fiebre y ¡¡vuelve a ser el de siempre¡¡¡
Es q es muy difícil saber donde se fabrican las prendas y en q condiciones... Pq las marcas súper caras tb acuden a estos sitios... Y felicidades por lo de tu peque!!!!!
ResponderEliminarYo ayer fuí a Zara (que como tiene abierto al mediodía -y sus trabajadoras se fastidian- era la única tienda a la que podía ir) y compré camisetas de esas "básicas" solo 4 € y en las etiquetas el "made in Bangladesh".
ResponderEliminarTambién a mi me entró una mala conciencia que no veas. Pero que hemos de hacer? Comprar ropa a 12 € la pieza?
Mi bolsillo (que también a sufrido tijeretazos y subidas por encima del coste de la vida) no se lo puede permitir.
Te dejo un premio la mar de divertido a ver si nos animamos un poco!!
http://lalonelymama.blogspot.com.es/2013/05/nuevo-premio.html
Me alegro que tu pequeño A esté recuperado! Lo otro es complicado de solucionar, mucho... Bsss
ResponderEliminarMe gustan sus escritos, muy claros. Saludos desde Chile.
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