Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo cuando tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la ultima vez.
Convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren.
Pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa.
El sudor se seca.
El cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo.
Anónimo
¿Y tú esperas a que el "destino" te traiga lo que deseas o luchas por conseguirlo?
Yo me apunto a lo segundo, que evidentemente no siempre es fácil y "barato", porque suele "costar" a veces un gran esfuerzo, algunas preocupaciones y muchas incertidumbres, pero lo consiga o no, la "lucha", te hace más "fuerte y resistente", te enseña muchísimas cosas que solo se aprenden experimentándolas y a veces te hace ver las cosas de otra manera y aprendes a apreciar, esas pequeñas cosas de la vida, por las que merece la pena seguir viviendo feliz y disfrutando de todo lo que te rodea, que generalmente es muchisimo más de lo que te crees, lo que pasa es que muchas veces no lo vemos porque estamos mirando solo hacia el horizonte que pretendemos alcanzar, y que no nos permite ver las miles de preciosas "flores" que hay por el camino.
Suena duro, pero estoy de acuerdo con el refrán que dice que "lo que no te mata, te hace fuerte", pero vamos que gracias a Dios, no todo en la vida es dificil o duro de conseguir, hay miles de cosas que conseguimos sencillamente o que nos vienen sin esperarlas.
Unos tienen mas suerte que otros en unas cosas y otros en otras, pero no creo en el mal de ojo, ni en los gafes ni en nada parecido. Tú mismo eres el que dirige el barco de tu vida y como en la vida real, hay muchos mares y depende de ti y de como guies tu barco hacía el puerto al que desees llegar, el que la travesía sea buena o te vayas "a pique".
Yo misma, hoy con unos minutillos de un pellizquito en el alma y envidia sana al leer una buena noticia de una amiga y....¡¡¡de San Viernes¡¡¡
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