Arriesgué y perdí el miedo a fracasar.
¿Cómo no descubrí antes que únicamente fracasa cuando no lo intentas?
Me encontré a mí misma, y dejó de preocuparme estar sola.
Creí en mí, y perdí el miedo al rechazo de los demás. Sin duda, la fe en ti es más poderosa que cualquier opinión.
Aposté por la verdad, y perdí el miedo a la fealdad de las mentiras.
Crecí, cuando descubrí que el dolor es necesario para prosperar.
Me reí de mí misma, y perdí el miedo al ridículo.
Confié en la sabiduría que te da el día a día, envejecer dejó de ser una preocupación.
Aposté por el futuro, y perdí el miedo a las heridas del pasado.
Contemplé la belleza de la luz de una estrella, y olvidé el terror a la oscuridad.
Y volé el día que contemplé cómo, hasta la mariposa más hermosa, necesita pasar por una complicada metamorfosis antes de alzar sus alas.
¡Qué bonito es saber que la alegría y la esperanza siempre están ahí, incluso detrás del sacrificio!.
Y no olvides que, si alguna vez no eres feliz al final de un momento duro, es que aún no ha llegado el final.
Silvia Gómez
Hoy me encontré con estas preciosas palabras en una revista y me he sentido totalmente identificada con ellas y ¡¡cuánta razón y sabiduría hay en ellas¡¡.
Recientemente he pasado por un momento agridulce en el largo camino hacia mi sueño, pero confió en que no ha llegado todavía el final y tarde o temprano lo conseguiré.
Y Amy...tu también lo conseguirás ¡¡muchiiisimo ánimo¡¡¡ y¡¡palante¡¡
Yo misma adelante....¡¡siempre adelante¡¡
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