Erase una vez una playa, grande, llena de arena blanca y suave salpicada de conchas y piedras erosionadas por el mar, con un agua transparente y limpia, en la que se respiraba tranquilidad y solo se oía el ruido de las olas al romper…
En esta playa vivía un granito de arena, como uno más de los miles y miles que vivían allí, que como los demás se pasaba el día al sol, a veces se mojaba un poquito, a veces le caía una piedrecita encima y a veces se quedaba enterrado porque se le ponían otros granitos mas grandes encima y como ellos prefería estar un poco enterrado para que no se lo llevara el viento a otro sitio quizás no tan bueno como el que estaban.
El granito vivía feliz, tenia todo lo que podía desear o al menos eso era lo que él pensaba, porque miraba a su alrededor y veía que todos los demás tenían lo mismo, bueno..no todos… algunos de vez en cuando desaparecían durante un tiempo y el no entendía porque.
La cosa es que después de vivir mucho tiempo así, empezó a preguntarse que ¿ a donde irían los granitos que desaparecían?..y un día se acerco a uno que acaba de volver y se lo preguntó.
El otro granito le contestó que no se lo podía explicar, que había que vivirlo para entenderlo
-¿Vivir el qué?-le preguntó el granito feliz
-Pues si quieres descubrirlo tendrás que dejarte llevar por el viento-le contestó el otro granito
-¿Por el viento? pero...si me dejo llevar por el viento....a lo mejor nunca vuelvo aquí más...y yo aquí soy feliz
-Ya, eso es lo que tu piensas ahora, pero yo te digo que a lo mejor si te dejas llevar, descubres algo más
-¿Algo más?¿pero..qué puede haber más?-dijo el granito feliz
-Eso como te he dicho no te lo puedo decir, cada uno es quien debe descubrirlo dejándose llevar por el viento...
Así que el granito feliz se quedó pensando en todo lo que le había contado el otro granito y se lo comentó a sus amigos de la playa, que no le hicieron mucho caso e incluso le desanimaron a que lo hiciera, pero siguió pensando y pensando....¿y si hubiese algo más que no esta aquí?...si me quedo siempre aquí...no voy a descubrirlo...pero si me decido a dejarme llevar por el viento....puedo perder lo que tengo ahora...
En fin..al final el granito después de pensarlo y pensarlo...se decidió a subir hasta lo mas alto de la arena y esperar que llegase el viento....y el viento llego...una ráfaga fuerte de viento lo arrancó de la arena y lo elevó..y lo elevó...por encima de los arboles...de los montes....de los ríos....de las casas...de los animales...de todo lo que pueda haber en la tierra y de vez en cuando se notaba caer y sentía miedo, pero venía otra ráfaga de aire y lo volvía a elevar y elevar....y noto mas que nunca lo que calentaba el sol....y vió a los pájaros volar a su lado...y se sintió libre....
Aprendió a dejar la ráfaga y dejarse caer despacito y así fue aterrizando en muchos de los lugares que veía que desde arriba eran bonitos.......y a pesar de que iba solo...no se sintió solo, el viento siempre le acompañaba, le mecía y le acunaba por las noches...y le despertaba por las mañanas con un suave silbido. Y así fue pasando el tiempo, hasta que un día después de recorrer muchos países, océanos y cielos, comenzó a acordarse de la playa donde había nacido, de sus amigos, de las piedras, las conchas, las olas y decidió volver para contarles todo lo que había visto y vivido
Le costó bastante encontrar el camino de vuelta, pero lo logró y cuando por fin vió la playa desde lo alto se dijo....es muy bonita...muy bonita...pero no es la única....tienes olas preciosas...pero no son las únicas....el sol la mantiene caliente....pero el sol esta en todos los sitios.....y se dio cuenta de cual era la respuesta que el granito no le quiso dar hace mucho tiempo....su playa...donde era feliz...no era todo...había mucho mas....pero había que arriesgarse para descubrirlo
Y se dió cuenta que aunque al principio fue duro y difícil mantener el vuelo y controlar las corrientes del viento, incluso alguna vez se cayo en algún cenagal, con el tiempo había aprendido a volar libre y gracias a eso había descubierto tantas y tantas cosas preciosas que no hubiese conocido jamas si se hubiese quedado en su playa
Cuando llego a la playa todos le recibieron muy contentos y se sorprendieron de lo feliz que venia, preguntándose extrañados...¿cómo podía venir tan contento si se había perdido un montón de días maravillosos en la playa? y por mucho que intentó explicarles sus viajes, sus descubrimientos, su sensación de libertad... los demás no le entendieron e incluso pusieron en duda sus palabras...
Entonces recordó lo que le había dicho el granito al que preguntó hace mucho tiempo....que no se podía contar, que había que vivirlo y entendió la respuesta y le agradeció que se la hubiese dado, porque sino a lo mejor igual que sus compañeros, no lo habría creído y nunca se habría decidido a dejarse llevar por el viento.....
Y este cuento no tiene final todavía...porque el granito de arena sigue volando y volando libre, pero no dejándose llevar, sino que de tanto volar ya es el mismo el que dirige libremente hacia donde le lleva el viento....
Yo misma 26/04/2005
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