Hoy ha fallecido en Lanzarote, el escritor, periodista y dramaturgo portugués José Saramago, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998.
De padres campesinos, José Saramago nació en un hogar humilde de Azinhaga, hecho que marcó su carácter. En 1925 la familia se traslada a Lisboa, donde el padre encuentra trabajo como policía. José Saramago ingresó en una escuela industrial en 1934, abandonando los estudios tiempo después por problemas económicos y empleándose en una herrería. El tiempo libre lo usa para leer, yendo periódicamente a la biblioteca del barrio. Al poco tiempo, José Saramago cambia de trabajo y se dedica a tareas administrativas, casándose en 1944 con Ilda Reis.
En 1947 publica su primer novela "Tierra de pecado" sin mucho éxito y luego pasó veinte años sin publicar nada, colaborando con el periódico "Diario de Noticias" y varias revistas. Durante la dictadura de Antonio Salazar (1932-1968), José Saramago fue censurado y perseguido y se dedica a hacer traducciones para una editorial.
Ingresar al Partido Comunista Portugués en 1969 y se divorcia de su mujer tiempo después, dejando el trabajo en la editorial para dedicarse exclusivamente a la escritura. En 1974, José Saramago participa de la "Revolución de los Claveles", que provocó la caída de la dictadura salazarista y permitió que Portugal se convirtiera en un estado de derecho democrático. En 1984 conoce a Pilar del Río, periodista española con la que se casa posteriormente y quién se convierte en su traductora oficial en castellano.
José Saramago gana el Premio Nobel de literatura en 1998 y se convierte en el primer escritor de lengua portuguesa en recibirlo. Escéptico e intelectual, José Saramago mantuvo y mantiene una postura ética y estética por encima de partidismos políticos, y comprometido con el género humano.
Y aqui quedan algunas frases suyas:
-La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.
-Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.
-Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay.
-No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.
-Soy un comunista hormonal.
-Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
-¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?
-Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran.
-No te pido que me lo cuentes todo, tienes derecho a guardar tus secretos, con una única e irrenunciable excepción, aquellos de los que dependa tu vida, tu futuro, tu felicidad, ésos quiero saberlos, tengo derecho, y tú no me lo puedes negar.
-El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de democracia.
-No busques trabajo: escribe.
-Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada.
José Saramago
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